Decía que cuando un tomador de mate sale de su rincón, siempre lleva consigo su mate personal (perdón por la repetición, pero ahora me refiero a la calabacita, al recipiente, que hoy día puede ser incluso de silicón de vivos colores, a pesar de la vieja guardia, de las generaciones anteriores…)
En el mate la yerba cebada, de entre la cual surge la bombilla que jamás pasa desapercibida, y claro un termo de agua caliente –no hirviendo- para seguir cebando y disfrutar el amarguito de la yerba mate y su estimulante compañía. Finalmente diré que para llevar las manos libres, el mencionado recipiente de agua viaja bajo el brazo izquierdo de los diestros.
Escrito por: Xavier Rábago.
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