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Uf! Mi Primer Mate.


NUESTRO PRIMER MATE ?

Cuándo te tomaste tu primer Mate? Recuerdas?...seguramente, si naciste en la parte sur del continente americano, tal vez ni lo recuerdes de tan pequeño que eras. Seguramente te dieron a tomar un mate tibio, dulce y medio lavado verdad? Jaja!! no por otra razón mas que, para que no te quemaras y no tuviera un sabor muy fuerte (mateína) o muy amargo. Creemos también que depende mucho de cada familia, zona geográfica, costumbres y paradigmas, del cómo fue tu primer mate. Esta sería una de las maneras de verlo, y por otro lado podemos decir que es nuestro primer mate, es… ESE Mate. NO el que te invitaron de pasada en alguna casa. NO ese mate de tu papá o de tu mamá. Tu primer mate, ese Mate sólo, sin amigos, ni familia, ese mate que decidiste por vos/ti mismo prepararlo y tomártelo, fue ese primer impulso, ese golpe de tradición, de costumbres, de recuerdos. Este momento de hacer el ritual de cebar el mate, de confirmar y ver si A MI también me sale, de ver si nos quedan bien los mates…o no! Muchas veces recordamos ese primer momento, en el que nos sentamos a cebar una y otra vez sólo para uno, donde los pensamientos vuelan y las ideas se toman su tiempo, esos 15 minutos al día de reencontrarte mateando.

También hay otra manera de hablar de nuestro Primer Mate, que sería el primero a la hora de cebar, el primero de la mateada. Este mate, al que llamamos el “primer mate” que, por cortesía, lo toma el cebador, o muchas veces lo desechamos (escupimos), ya que en la mayoría de sus veces, es un poco frío, es el más cargado, el más concentrado. Si no se desecha, generalmente el anfitrión o el cebador se hará cargo de tomar este prime mate. Dárselo a algún invitado sería un mal gesto.

Otro punto del que podemos hablar sobre nuestro “primer mate” es con respecto al porongo (tipo de mate de calabaza) en sí mismo, ese primer mate que nos compramos para matear, que es nuestro o ese mate que nos regalaron por primera vez. Ese que va con nosotros, que tiene nuestro estilo, colores o tamaño ideal. Ese primer mate que llevamos a donde sea y nadie en la casa nos reclamará nada, porque es nuestro. Aunque compartir es un gran gesto de convivencia y el Mate una herramienta para ello, cuida tu mate, llévalo contigo. Este Mate en ocasiones termina en el estante de los recuerdos, con el pasar de los años van llegando nuevos, por viejito y sus recuerdos, empezamos a dejarlo. Quedan en algún mueble, dando vueltas por la cocina, hasta que algún hijo lo mira, lo entiende y retoma su camino de mateador… una nueva generación. El segundo aire de este Mate.

Ya sea tú primer, segundo o tercer Mate siempre habrá un primero. Disfrútalo sólo o con amigos, invita y comparte. La yerba no se le niega a nadie. Haz de alguien su primer Mate y siente el gusto de Dar, otro valor intangible de esta tradición.

Comparte tus experiencias del primer mate en nuestro Blog en historias del Mate y forma parte de esta gran tribu.

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